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El Instituto Nacional Electoral (INE) ha tomado una decisión que ha encendido la polémica: el exgobernador Javier Corral Jurado ha sido declarado elegible para asumir el cargo de senador plurinominal por Morena. Esta determinación ha sido recibida con incredulidad y rechazo por parte de Acción Nacional (PAN), que había presentado argumentos sólidos en contra de la candidatura de Corral.
Entre las pruebas desechadas por el INE se encuentran la orden de aprehensión, el oficio de colaboración con la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México y la condición de prófugo de la justicia del exgobernador. A pesar de que estos documentos fueron presentados en tiempo y forma, el INE parece haber optado por ignorar estos elementos sustanciales.
El dictamen del INE ha llevado a algunos a cuestionar si existe una consigna política detrás de la decisión. Hay quienes sugieren que el organismo electoral ha sucumbido a las presiones de la Cuarta Transformación, siguiendo la narrativa de que Corral está siendo víctima de una persecución política. Este argumento es común en los círculos de Morena y entre sus aliados, quienes han insistido en que la situación de Corral es un simple acto de venganza política.
La ausencia de una evaluación exhaustiva por parte del INE ha generado escepticismo. La impresión general es que el exgobernador, al haber abrazado la causa de Morena, ha logrado un blindaje que lo protege de las acusaciones y procesos judiciales que aún enfrenta. En este contexto, el exgobernador parece haber ganado una suerte de inmunidad política, o al menos una significativa protección.
El siguiente paso para Acción Nacional es impugnar el dictamen del INE ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Este tribunal será el encargado de revisar el caso y, se espera, ofrecer una resolución imparcial y libre de influencias políticas. La impugnación de Acción Nacional tendrá que ser evaluada y resuelta antes de que termine el mes, y su desenlace será crucial para definir si Corral podrá finalmente asumir el cargo para el que ha sido designado.
En conclusión, la controversia en torno a la elegibilidad de Javier Corral pone en evidencia las tensiones entre los diferentes actores políticos en México y plantea serias preguntas sobre la imparcialidad y la integridad del proceso electoral. La decisión final del Tribunal Electoral será determinante para esclarecer si el exgobernador podrá asumir el cargo de senador o si su camino se verá bloqueado por las objeciones legales y políticas que han surgido.